
Está sorprendida.
Pasa el tiempo y aún
la conquista... la conmueve.
No encuentra en él nada evidente
A veces parco, tímido, reservado.
Otras: eufórico, travieso, sutil.
La protege, la cobija.
Mantiene vivo el encanto.
Lo mágico, renueva día a día.
Él espera el momento adecuado.
Descubre la señal imperceptible.
Ningún movimiento es imprudente.
La cautiva entre sus brazos...
La libera beso a beso...
Entonces... claudica complacida.
A ella le fascina entregarse.
Perder el pudor, enloquecer.
Ser parte del pacto de placer.
Le resulta casi imposible descubrir
el instante donde hace cobrar vida
a sus pasiones... hasta entonces adormecidas.
Entonces brota de su ser toda la fuerza.
Imprudente pierde la cordura.
Y todo es fuego medular... que la domina.
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